Texto leido por nuestra concejal Mercedes Carrera en el homenaje del 14-A
Voy a
comenzar con unas palabras de recientemente fallecido José Luis Sampedro: “La
República contagiaba esperanza, ilusión (excepto a los que querían privilegios
indebidos), y lo viví como natural. ¡Por eso el franquismo me resultó tan
antinatural, antihumano! Ver a obispos bendiciendo cañones me convenció de que
ese bando defendía privilegios y pesetas.
Tal día como
hoy, 14 de abril, y tras ganar unas elecciones municipales el 12 de abril de
1931, se proclamó la II República Española en las plazas de todos los pueblos y
ciudades, en un clima de optimismo porque de verdad había llegado para el
pueblo un régimen democrático en el que confiar.
Con la primavera
llegó la república, la “niña bonita”, como fue llamada por el pueblo español. Y
España se acostó monárquica y se levantó republicana.
España
dispuso de una Constitución muy avanzada, que convertía a este país en “una
República de trabajadores de toda clase”, que reconocía para las clases
desfavorecidas derechos sociales y económicos nunca aceptados.
La II
República significó el intento más importante del siglo XX español por cambiar
desde la izquierda la sociedad y el estado, por realizar transformaciones
populares, democráticas y socialistas.
En
definitiva hoy se cumplen 82 años desde que echó a andar la República que
permitió comenzar una serie de reformas que modernizarían y democratizarían
España, permitiría a los ciudadanos gozar de Derechos y Libertades como nunca
lo había hecho ningún español. La Segunda República aunque breve fue tan
intensa que si bien no costó ni una sola gota de sangre proclamarla, acabar con
ella costó la sangre inocente de más de 100.000 ciudadanos y las esperanzas y
sueños de todo un pueblo.
No debemos
permitir que la derecha, orgullosa de su pasado sin intención alguna de
condenar la dictadura, logren su objetivo: reescribir el pasado y manchar el nombre de tantos republicanos que
dieron su vida poniendo las bases de la democracia que disfrutamos hoy en día.
Hoy queremos
que este acto sirva de homenaje a su
memoria. Pero también deseamos que este testimonio sirva para que no se olvide
que el odio y la intolerancia provocaron la mayor matanza que haya vivido nunca
nuestro país. Los vencedores se ensañaron sobre los vencidos y muchos de éstos
murieron, a las puertas de los cementerios, lejos de sus familias, lejos de su
tierra, solas, hambrientas y acompañadas únicamente por la solidaridad de los
que, como ellos, sufrían la represión. Otros, tuvieron la suerte de sobrevivir
y de contarnos sus vivencias para que las transmitamos y no se olviden. Que el
espíritu de todos y de todas, sus ganas de vivir, su comprensión, su tolerancia
y su testimonio nos acompañen siempre para que todo lo que sucedió nunca vuelva
a repetirse.
El mejor
honor que podemos hacerles es nuestra promesa de que trabajaremos sin descanso
por los mismos valores que ellos defendieron con sus vidas. Defender que todos
los ciudadanos somos iguales, defender la igualdad y la fraternidad entre los
ciudadanos, defender los derechos civiles,
sociales, económicos y culturales de todos los ciudadanos.
Consigámoslo
desde la izquierda, consigamos entre todos hacer realidad las palabras que escribió con 19 años, Julia
Conesa, una de las Trece Rosas fusiladas en Madrid en 1939: “QUE MI NOMBRE NO
SE BORRE DE LA HISTORIA”. Consigamos que no se borre el nombre ni la memoria de nuestros compañeros y
compañeras a los que acallaron sus voces y segaron sus vidas:
Claudio del Rio Bedia
Juan Estebanet Urrutia
Jose Maria Gonzalez Perez
Eugenio Cifrian Cavada
Santiago Herran Gomez
Diego Solar Cagigas
Miguel Sainz Cagigas
Ni
el de ninguno de los que murieron
defendiendo la LIBERTAD.
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